Los préstamos sin garantía a personas particulares, en líneas generales, son un tipo de préstamo personal garantizado directamente por quien contrae la deuda, y no por una hipoteca como la de una casa o un activo, por ejemplo.
La garantía del préstamo de este tipo se realiza a través de los ingresos del solicitante (por ejemplo, salario de jubilación) o de sus activos (ahorros y más). En esta oportunidad en Crédito Postal te mostraremos todo lo que debes saber al respecto.
El préstamo sin garantía es un préstamo de tipo fiduciario, cuyo reembolso está garantizado por la capacidad de ingresos y los activos del solicitante.
A diferencia de lo que sucede en una hipoteca, un préstamo sin garantía no está respaldado por una hipoteca y se otorga por un período de tiempo más corto, por lo general un máximo de 10 años.
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El préstamo sin garantía se diferencia de otras formas de financiación porque el deudor garantiza personalmente el reembolso. La garantía está representada por la firma del contrato, como su propio nombre indica (sin garantía proviene del griego antiguo y significa probado por documento escrito).
De manera más general, hablamos de préstamos sin garantía cuando el préstamo no está cubierto por garantías personales (como una fianza) o reales (prenda o hipoteca).
Al no estar respaldados por hipotecas u otro tipo de garantías, los préstamos sin garantía se otorgan por pequeñas cantidades (teniendo como máximo 30.000 euros). Pueden ser solicitados tanto por particulares como por autónomos y empresas.
A menudo se les exige para financiar intervenciones de mantenimiento en el área del condominio o en propiedades para las que sería difícil registrar una hipoteca.
Este tipo de préstamo representa una alternativa tanto a las hipotecas como a los préstamos personales y es una solución más sencilla de gestionar en todos los casos en los que el deudor necesita una pequeña cantidad y puede contar con ingresos o activos suficientes para asegurar la cobertura de financiación.
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Existen tres tipos de estos préstamos que te mostraremos a continuación:
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Las tasas del préstamo sin garantía varían según la entidad financiera y el caso específico de cada persona. Por tanto, es difícil predecir con precisión qué tipos de tasas concretamente son las que se aplicarán al préstamo. Sin embargo, hay reglas generales que se enumeran a continuación. Las tarifas pueden ser de dos tipos:
En el primer caso, el contratista sabe desde el primer día del contrato qué tarifas se aplicarán y cuál será el monto de la mensualidad.
Por el contrario, con el tipo variable, la cuota a pagar está vinculada a un índice financiero con la consecuencia de que el tipo de interés del préstamo puede aumentar o disminuir.
Dependiendo de la institución financiera, se puede aplicar un margen de hasta el 4% a la tasa. Además de las tasas de interés y el diferencial, al igual que para otras formas de préstamos personales, se esperan otros gastos. Estos son:
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